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La “Mujer de Margarita” una osamenta humana del periodo arcaico en el Caribe Venezolano

En el año 2008, en la costa noreste de la isla de Margarita, maquinaria pesada que se encontraba realizando una vialidad, desenterró accidentalmente abundante material arqueológico, el cual identifiqué al encontrarme fortuitamente de viaje. El hallazgo estaba compuesto por material lítico (herramientas de piedra), gubias (cucharas de concha de botuto) y tiestos (restos de vasijas cerámicas). Posteriormente, dada la importancia del sitio, se preparó un grupo de arqueólogos encabezados por Luis Lemoine, Andrzej Antczak y Ma. Magdalena Antczak pertenecientes a la Unidad de Estudios Arqueológicos de la Universidad Simón Bolívar, quienes notificaron al Instituto de Patrimonio Cultural para intentar detener la obra, realizando una arqueología de rescate antes de que el sitio fuera arrasado por la maquinaria. El equipo de trabajo realizó excavaciones “quirúrgicas” de rescate, lográndose recuperar sistemáticamente tres osamentas humanas con sus respectivos contextos de enterramiento. Adicionalmente, se lograron realizar excavaciones sistemáticas puntuales en otras áreas aledañas, lo que permitió recuperar parcialmente, contextos de habitación que nos dieron pistas sobre el modo de vida de este elusivo periodo conocido como periodo Arcaico, que data aproximadamente entre 6000 y 2000 años antes del presente.


Una de las osamentas recuperadas, la denominamos “La Mujer de Margarita”, la cual tiene una edad absoluta calculada por radiocarbono de 2.270 años antes del presente y cuyo grupo comenzó a habitar el sito hace 3.670 años antes del presente, siendo unos de los restos materiales y humanos del periodo Arcaico más antiguos de Venezuela.


FOTO 1 Excavación de NE01-SK2 La Mujer de Margarita

Foto Luis Lemoine.


FOTO 2 La Mujer de Margarita en mesón de laboratorio

Foto Mariana Vincenti


El análisis osteoarqueológico (estudio metódico de su esqueleto) indicó que la Mujer de Margarita tenía una edad al morir de entre 25 y 35 años, estatura promedio calculada por métodos antropofísicos de entre 1,60 y 1,65 (relativamente alta) y poseía un cráneo tipo Dolicocráneo (alto y angosto) con dentadura Sinodonte (dientes incisivos tipo pala entre otras características) típico de los grupos mongoloides descendiente de las migraciones realizadas por el estrecho de Bering.


Murió probablemente por una infección causada por una herida en el cráneo realizada por un arma tipo macana (maso de madera con lascas de piedra afilada incrustadas en un extremo) cuyo modelo pudo ser reconstruido a partir de un trozo lítico incrustado en su cráneo y los registros de la lítica asociada recuperados en el enterramiento.


Adicionalmente, La mujer de Margarita fue enterrada acostada sobre su lado izquierdo con ofrendas fúnebres, compuesta por múltiples lascas de piedra que cubrían su parte superior y abundante ocre rojo (polvo rojo ceremonial), material lítico y conchas de molusco colocadas en una de sus manos. Fue cuidada durante varios días antes de morir, lo que sugiere un apoyo por parte de su grupo y creencias en ritos funerarios en época tempranas del desarrollo cultural de los indígenas en Venezuela.


Una segunda osamenta de interés perteneció a un niño de aproximadamente 12 años, el cual fue enterrado sobre un caparazón de tortuga, presentando también lítica y conchas marinas asociadas, posiblemente como ofrendas de enterramiento. Esta osamenta fue datada en 730 años antes del presente, perteneciente al periodo Neoindio. En este periodo al parecer se dejó de usar el ocre rojo como elemento de enterramiento. También pareciera que habían desaparecido los rasgos dentales tipo dientes de pala, aunque se mantiene la morfología craneal tipo Dolicocránea (cráneo alto y angosto), lo que sugiere la llegada de grupos foráneos posteriores que produjeron una mezcla étnica en la Isla de Margarita.


FOTO 3 Osamenta 2 (NE01-SK1) en mesón de laboratorio



Foto Luis Lemoine.


Los estudios sobre La Mujer de Margarita continúan, lo que permite vislumbrar un futuro prometedor para la comprensión de las primeras poblaciones de la isla de Margarita. A través de investigaciones interdisciplinarias, esperamos en los próximos años no solo profundizar en el conocimiento sobre los habitantes más antiguos de la región, sino también aportar información valiosa sobre los procesos migratorios, culturales y de adaptación que dieron forma a las sociedades prehispánicas del Caribe. Este avance contribuirá a enriquecer la narrativa histórica y cultural de toda la región, fortaleciendo nuestra conexión con un pasado fascinante.



1 commentaire


davidbottome
08 déc. 2024

Muy bueno muchas gracias!!!

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